La digitalización se convierte en la ayuda esencial para convivir y superar la pandemia
La industria 4.0, o “cuarta revolución industrial”, es la aplicación de tecnologías disruptivas para recopilar, gestionar y procesar datos en tiempo real, y así tomar decisiones rápidas con menor riesgo de error para anticiparse a la competencia, a las necesidades del cliente y a una situación de crisis como la pandemia del coronavirus.
El pasado mes de mayo, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) presentó un informe sobre el estado de digitalización empresarial en la Unión Europea y Estados Unidos.
Solo cuatro países de la UE superan a EEUU en el Índice de Digitalización: Dinamarca, Países Bajos, República Checa y Finlandia. Por su parte, España se encuentra entre los países “moderados”, pero por encima de la media europea en lo que se refiere a Big data, drones, IoT y realidad virtual.
En este mismo informe, se asegura que cerca del 60% de las empresas digitales españolas han incrementado el número de empleados en los últimos tres años, comparado con el 52% de las empresas no digitales. En cuanto a salario medio por trabajador, en las compañías digitales es 1,2 veces mayor debido a un aumento en la productividad.
Por lo tanto, si un país quiere recuperarse pronto de una crisis económica, como está produciéndose con el coronavirus, debe apostar por estas compañías que están en un movimiento alcista de contratación. Es por ello que el plan presentado por el gobierno español “España Digital 2025” a principios de este verano, que pretende impulsar la transición digital mediante la inyección de 140.000 millones de euros en inversión pública y privada durante cinco años, es una muy buena señal.
Son 50 medidas que tendrán como objetivo garantizar la conectividad del 100% de la población, liderar el despliegue del 5G en Europa, reforzar las competencias de los trabajadores o cerrar la brecha digital entre la población en materia educativa.
ENGIDI está alineada completamente con estos objetivos porque la conectividad NB-IoT de NGD-One hace posible la recolección de datos del entorno al que el trabajador está expuesto para que las unidades de control de riesgos laborales puedan visualizarlos en tiempo real, con el objetivo de estudiar éstos e implementar procesos más seguros y eficientes.
La aplicación de esta tecnología en un equipo de protección individual (EPI), esencial en sectores como como la industria, la minería, la marina, la construcción o la silvicultura, ayudará a que éstos implementen tomas de decisiones más inteligentes, y lo que es más importante, mayor seguridad laboral.
Por consiguiente, la digitalización no solamente favorecerá el incremento del empleo, sino que ya favorece la toma de decisiones más rápidas y seguras, permitiendo a la industria ser más flexible y capaz de superar nuevas crisis, como la pandemia del coronavirus.